COMUNICADO INSTITUCIONAL
DISCAPACIDAD, EDUCACIÓN INCLUSIVA Y
DISCRIMINACIÓN
Buenos Aires, 11 de
septiembre 2017
ASPPE, Asociación Civil de Profesionales para La
Equidad, es una entidad dedicada a la promoción, protección y defensa de los
derechos sociales basados en el concepto de Equidad.
Desde nuestro rol de
organización a favor de los derechos humanos y de la igualdad de las personas
es que nos vemos motivados a emitir una opinión respecto a la situación
sucedida con el niño diagnosticado con síndrome de asperger, alumno del cuarto
grado del Colegio primario San Antonio de Padua, de la localidad de Merlo.
En primer lugar, debemos
aclarar que este caso se hizo de público conocimiento por los medios masivos de
comunicación y que no nos centraremos en detalles que no podemos corroborar,
pero si aprovechar esta oportunidad para llamarnos a la reflexión, partiendo de
la idea de que las personas con discapacidad, históricamente han visto
vulnerados sus derechos, dificultando su inclusión social.
La educación es un derecho
humano indispensable del que debe gozar cualquier persona, sin limitaciones
para acceder a ella, eliminando las barreras que pudieran surgir.
El
modelo de derechos humanos, al que apostamos, entiende a la educación inclusiva
como aquella en que las diversas personas independientemente de sus realidades,
sean partícipes del mismo proceso educativo en igualdad de condiciones con los
demás. Para ello, se necesitará diseñar los apoyos y llevar a cabo los ajustes
razonables que sean necesarios para que este derecho pueda ser ejercido.
Cuando un alumno con
discapacidad ingresa a una entidad educativa, es responsabilidad de todos
garantizar su trayectoria educativa, dentro de las posibilidades de la propia
persona. Esta labor debe realizarse entre los docentes y directivos de la
escuela, los equipos de inspección de las autoridades de contralor y en
especial por la familia de la persona con discapacidad, así como sus compañeros
de aula y sus respectivas familias. Sin dejar de lado que el Estado, es el
garante del derecho a la educación por excelencia y quien define los procesos
educativos.
Esta integración depende
de las condiciones de las personas con autismo, es dinámica y cambiante, por lo
que será más o menos compleja de acuerdo a las necesidades de cada persona.
Por lo que se sabe, el niño ha
sido cambiado de división, según las autoridades, como una estrategia
pedagógica para mejorar la situación del menor, contar con una nueva docente y
compañeros de aula.
Resulta indispensable
generar concientización sobre la temática de la discapacidad y la información
suficiente para que esta inclusión educativa no se vea retaceada por barreras
actitudinales, prejuicios o estereotipos negativos, ya que los cambios deben
ser evaluados pormenorizadamente en cada caso, teniendo en cuenta el interés
superior del niño, en relación con los demás niños que conviven en el mismo
espacio.
Insistimos
en que estas situaciones deben constituirse en disparadores para avanzar en la
concientización de la temática, comprender de que se trata el síndrome,
anticipando situaciones y evitando que prevalezcan miedos, prejuicios y
estereotipos que puedan excluir a la persona con discapacidad, discriminándola
de un ámbito tan importante como la escuela.
No
pueden avalarse actitudes discriminatorias hacia personas con discapacidad,
entendida según la propia Convención de los Derechos de las Personas con
Discapacidad y la Convención Interamericana para la Eliminación de todas las
formas de discriminación contra las personas con discapacidad como: “cualquier
distinción, exclusión o restricción por motivos de discapacidad que tenga el
propósito de o el efecto de obstaculizar o dejar sin efecto el reconocimiento,
goce o ejercicio, en igualdad de condiciones, de todos los derechos humanos y
libertades fundamentales”
Repudiamos cualquier acto de
exclusión, burla o humillación en relación con personas con discapacidad,
entendiendo que la inclusión puede traer sus desafíos y que éstos deberán ser
planteados de formas razonables por las vías correspondientes, cuidando a los
niños de la posible exposición. Nunca es esperable que una persona “sacrifique”
sus derechos en virtud del supuesto goce de un grupo de personas, como expresaron
algunos padres por las redes sociales.
Lamentablemente
esta situación no es un hecho único y aislado, por lo que creemos
imprescindible pensar profundamente sobre lo acontecido, reforzando valores inclusivos,
apostando a la diversidad como una rica oportunidad de aprendizaje social.
Nuestro apoyo y respeto a
las personas con discapacidad, sus familias y las entidades de y para personas
con discapacidad, que como nosotros creemos en la defensa y garantía de
derechos humanos y libertades fundamentales.
Esperamos que no se repitan
estos hechos, apostando a la toma de conciencia, a fin de fomentar capacidades
y potencialidades de las personas con discapacidad, desarrollar mayor
sensibilidad social y luchar contra prejuicios y prácticas dañinas.
Colaboración
Dra Carla Campos. Equipo de profesionales integrantes de ASPPE. Asociación
Civil de Profesionales para la Equidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Introducir tu consulta aquí. Muchas gracias.