La salud es un derecho constitucionalmente garantizado no solo en su articulado sino a través de tratados internacionales que nuestro país ratificó.
Es
un derecho humano por esencia, debiendo todos tener garantizado el poder
acceder a atenderse en igualdad de oportunidades y calidad prestacional.
En cuanto
al acceso a las prestaciones para atender nuestra salud, puede darse que
nos encontremos dentro del sistema de salud ya sea por estar trabajando en
relación de dependencia o pagando el monotributo, o bien por ser jubilado o
pensionado.
En estos casos, tendremos la posibilidad de ser afiliados a una
obra social.
Otros, podrán acceder al sistema de salud a
través de adherirse a una entidad de medicina prepaga.
Finalmente, muchos otros sin cobertura,
recurrirán a hospitales públicos, municipales, etc, haciéndole saber que
adhiriéndose al monotributo social (mucho más económico) accede a una obra
social a fin de tener un prestador de salud al que recurrir.
En
todos los casos, el Estado es garante de la salud de todos, y ante problema
de cobertura, debe responder.
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